El pre-lenguaje
3/21/20242 min read
El lenguaje como herramienta que da limites a la experiencia.
El lenguaje es una herramienta fundamental para la comunicación humana. A través de las palabras, somos capaces de expresar nuestras ideas, emociones y experiencias. Sin embargo, a pesar de su utilidad, el lenguaje también tiene sus limitaciones. El lenguaje nos permite nombrar y categorizar el mundo que nos rodea. A través de las palabras, asignamos significado a las cosas y creamos un sistema de representación de la realidad. Sin embargo, esta capacidad de nombrar también puede ser restrictiva. Al darle un nombre a algo, estamos delimitando su significado y encasillándolo en una categoría específica sujeta a: asociación, proyección, referencia y valor (juicio).
No es la palabra en sí sino sus significados asociados los que delimitan lo nombrado por en una categoría
Pobreza cognitiva: diálogo interno miserable
El diálogo interno es el proceso de pensamiento y reflexión que llevamos a cabo en nuestra mente. Es a través de este diálogo que construimos nuestras ideas y opiniones. Sin embargo, cuando nuestro diálogo interno se ve afectado por la pobreza del lenguaje, nuestras reflexiones pueden volverse miserables. Ejemplos sobran: bueno-malo, lindo-feo, deseo-rechazo, además del uso polivalente de las "malas palabras", que según entonación, contexto y carga emocional, adquieren tanto un significado positivo como negativo.
La pobreza del lenguaje se refiere a la falta de palabras o la incapacidad de expresar adecuadamente nuestras ideas y emociones. Cuando no tenemos las palabras adecuadas para describir nuestras experiencias, nos vemos limitados en nuestra capacidad de comprender y comunicar nuestras emociones. Esto puede llevar a una sensación de frustración y aislamiento. Desconexión con lo que quiere nombrar o referir.
El estado previo al lenguaje
Antes de aprender a hablar y adquirir el lenguaje, existe un estado previo en el que nuestra experiencia es más directa y no está mediada por las palabras. En este estado, nuestra percepción del mundo es inmediata e intuitiva; mágica.
La adquisición del lenguaje nos permite desarrollar una comprensión más sofisticada del mundo y nos brinda la capacidad de comunicarnos de manera más precisa. Sin embargo, también nos aleja de esa experiencia directa y nos introduce en un mundo de representaciones simbólicas. Ahora bien, identificar lo simbólico como real, es el fundamento de toda ilusión. El estado interno del pre-lenguaje, al carecer de categorías, asociaciones y referencias, permite actualizar el contacto con la realidad, liberándola de la carga limitante que éstas ejercen.
La disolución de la realidad lingüística - Descubrir desde la curiosidad
A pesar de las limitaciones del lenguaje, también existe la posibilidad de trascender su influencia y experimentar una disolución de la realidad lingüística. Esto ocurre cuando somos capaces de dejar de lado nuestras ideas preconcebidas y explorar el mundo con una mente abierta y curiosa.
Desde esta perspectiva, podemos descubrir el misterio de la experiencia vital más allá de las palabras. Al dejar de depender exclusivamente del lenguaje, nos abrimos a nuevas formas de comprensión y conexión con el mundo que nos rodea. La curiosidad se convierte en nuestra guía, permitiéndonos explorar y descubrir la diversidad de la experiencia vital.